61 ¿SE AVECINA OTRA CRISIS?
Los brotes verdes se marchitan: los impuestos confirman el frenazo de la
economía
La Agencia Tributaria constata cómo el crecimiento de los salarios y los
ingresos de las empresas reducen su ritmo al mismo tiempo que disminuye el
consumo y los indicadores de las ventas revelan una “pérdida de intensidad” en
la recuperación.
Los piratas informáticos se han hecho pasar por la
Agencia Tributaria - EFE
MÁS INFORMACIÓN
·
La desaceleración del PIB de la Eurozona
se confirma, lastrado por la debilidad del comercio mundial
ZARAGOZA
EDUARDO BAYONA
Los brotes verdes comienzan a marchitarse
cinco años y medio después del inicio de una recuperación de
las variables macroeconómicas que apenas se ha trasladado a las
economías familiares mientras seguía incrementándose la desigualdad: la Agencia
Tributaria constata en su último Informe de Recaudación, referente al mes de
julio, cómo la evolución de indicadores como las rentas del trabajo, los
ingresos de las empresas y las ventas comienza a desacelerarse, en lo que
supone una de las primeras confirmaciones oficiales de un enfriamiento al que
se suman otros indicios como el aumento de la insolvencia, que está teniendo una
especial incidencia entre las pymes, o el repunte de los expedientes de regulación de empleo (ERE).
Básicamente, la Agencia Tributaria está
constatando cómo las familias comienzan a echar el freno en su
consumo ante la moderación de sus ingresos, especialmente los salariales,
y las empresas, tras unos años en los que sus beneficios y los impuestos
se comieron el grueso de la
recuperación a costa de la remuneración del empleo, comienzan a sentir en sus
cuentas ese enfriamiento de la demanda provocado, cuando menos en parte, por
los efectos que la moderación salarial y la precariedad tienen en las rentas.
Ese cuadro, al que se añaden sombras como
la que proyecta el batacazo laboral de agosto o las previsiones
de caída del crecimiento del PIB al 1,8% cuatro años
después del 3,6% de 2015, llevan a algunos analistas a temer que la economía
española pueda estar dirigiéndose hacia una nueva recesión.
Eduardo Garzón se muestra escéptico con
esas visiones más catastrofistas. “Es solo una ralentización del crecimiento,
algo que no es preocupante ‘per se”, señala, ya que “se trata de una
consecuencia lógica de una economía en crecimiento que ha llegado a un punto en el que no puede crecer más ni
contratar más”.
Tendencia a la moderación
La Agencia Tributaria llama la atención
sobre cómo los ingresos vinculados al IRPF del sector privado “presentan una tendencia de desaceleración” motivada
fundamentalmente por “la moderación en la creación de empleo y la estabilidad
en los incrementos salariales”.
Es decir, que se crean menos puestos y,
tras el empujón del salario mínimo a las rentas más bajas
a finales de año, los sueldos han dejado de subir con una “tendencia a la
moderación” que resulta “menos pronunciada” en la gran empresa que las pymes y
que, pese a los incrementos salariales registrados en el sector público,
provoca en general una desaceleración de la mejora de
las rentas de los hogares, con “crecimientos del 5,5% en el
primer semestre frente al 6% de 2018”.
La secuela de ese cuadro, en la que
“el menor ritmo de creación de empleo es la principal
causa”, resulta “significativamente más pronunciada en las pymes”. No obstante, el pinchazo
también es patente en la gran empresa, donde la retribución media anual solo
aumentó un 0,7% entre julio de 2018 y el mismo mes de 2019 mientras el volumen
de contratación caía tres décimas (del 2,8% al 2,5%) en relación con el
semestre anterior.
Ocurre algo similar con las rentas
empresariales, cuya desaceleración confirma “la pauta que seguían en el último
tramo de 2018” con independencia de alguna actualización de datos que “altera las estimaciones que se tenían hasta el momento, aunque no
tanto el diagnóstico que se puede hacer de su evolución”.
“La tendencia que se observa es de desaceleración”
Esos síntomas de desaceleración de la
economía comienzan a dejarse sentir también en el consumo, cuyos
dos principales termómetros tributarios se encuentran en el IVA y en los
Impuestos Especiales (IIEE).
Con los últimos datos del IVA, “la
tendencia que se observa es de desaceleración, frente a la estabilidad que
parecía deducirse hasta junio, con “crecimientos más moderados” tanto en las
pymes como en las grandes empresas. En estas últimas, “los indicadores de ventas también señalan una pérdida de
intensidad del crecimiento tras los buenos resultados de
comienzos de año”, señala el informe, que apunta que en los negocios pequeños y
medianos “quizás la moderación no sea tan intensa”.
En cuanto a los Impuestos Especiales, que
gravan el consumo de la energía, los carburantes, el alcohol y el tabaco, “los
datos de julio no cambian el panorama de débil
crecimiento que se observaba en el primer semestre” mientras el
desplome de los tributos sobre la electricidad y sobre los cigarros “si acaso
empeoran algo la situación” por tratarse de “las dos figuras que mejor
comportamiento muestran en el año”.
“Pérdida de intensidad de crecimiento” en “todos los componentes del gasto”
El gasto final sujeto al IVA y a IIEE
aumentó un 3% en el primer semestre de este año en relación con el mismo
periodo de 2018, un incremento que en ambos casos se queda por debajo del registrado en la segunda
mitad del pasado ejercicio.
La tasa de crecimiento del gasto en consumo cayó del 4,6% entre julio y diciembre de 2018 al 3% entre enero y junio de 2019. “La moderación de los precios es una de las principales causas”, señala la Agencia Tributaria, aunque solo le atribuye “alrededor de un punto de esa desaceleración” mientras anota que “la pérdida de intensidad del crecimiento es común, con distintos grados, a todos los componentes del gasto” y destaca cómo incluso el enfriamiento de la demanda de los hogares resulta ligeramente superior al haber bajado su tasa del 3,9% al 2,7%.
La tasa de crecimiento del gasto en consumo cayó del 4,6% entre julio y diciembre de 2018 al 3% entre enero y junio de 2019. “La moderación de los precios es una de las principales causas”, señala la Agencia Tributaria, aunque solo le atribuye “alrededor de un punto de esa desaceleración” mientras anota que “la pérdida de intensidad del crecimiento es común, con distintos grados, a todos los componentes del gasto” y destaca cómo incluso el enfriamiento de la demanda de los hogares resulta ligeramente superior al haber bajado su tasa del 3,9% al 2,7%.
El descenso de ese indicador es mucho
mayor en los consumos ligados a los Impuestos Especiales, en los
que bajó del 9% al 3%, aunque esa evolución tiene causas cómo las
menores subidas de los combustibles entre enero y junio tras el desmesurado
12,5% de la segunda mitad del año pasado y la menor demanda de
electricidad por las inusualmente altas temperaturas del invierno y la primavera.
Finalmente, “la base imponible agregada de
los principales impuestos creció un 4,7%”, con lo que “la desaceleración
respecto al segundo semestre de 2018 es algo menor que la que se
estimaba en el primer trimestre”. No obstante, ese frenazo
sigue existiendo.
¿Un crecimiento lento o una crisis?
“Esta situación se puede transformar en un
crecimiento lento o en una crisis, pero todavía no tenemos datos para
saberlo. Es un cambio de ciclo, pero no es algo negativo por sí
mismo”, señala Garzón, que muestra su preocupación por las burbujas, como la
del alquiler, que está estimulando el bajo coste de los créditos.
“Hablamos siempre de crisis en relación
con la sobreproducción, pero hoy no hay grandes sectores donde sea rentable
invertir y que generen un encadenamiento productivo, un crecimiento de
la economía”, explica el economista. De hecho, entre las cinco empresas más
rentables del mundo hay una petrolera (la estatal Saudi Aramco), tres tecnológicas
(Apple, Samsung y Alphabet) y un banco (JP Morgan).
Y esa situación “lleva a invertir en
productos financieros y en burbujas, como la del alquiler”, mientras “los bajos tipos de interés llevan a no percibir el riesgo de las inversiones. Eso es
una bomba de relojería”, alerta.
Las previsiones del Banco Central Europeo
incluyen una prórroga de medidas de estímulo como esos bajos tipos de interés,
con lo cual, pronostica, “va a seguir habiendo más negocio financiero y menos
inyección en la economía real, cuando lo que anima la economía
y el crecimiento es el consumo agregado, que más gente tenga más
dinero y pueda consumir más”.
61 ¿SE AVECINA OTRA CRISIS?
Los brotes verdes se marchitan: los impuestos confirman el frenazo de la
economía
La Agencia Tributaria constata cómo el crecimiento de los salarios y los
ingresos de las empresas reducen su ritmo al mismo tiempo que disminuye el
consumo y los indicadores de las ventas revelan una “pérdida de intensidad” en
la recuperación.
Los piratas informáticos se han hecho pasar por la
Agencia Tributaria - EFE
MÁS INFORMACIÓN
·
La desaceleración del PIB de la Eurozona
se confirma, lastrado por la debilidad del comercio mundial
ZARAGOZA
EDUARDO BAYONA
Los brotes verdes comienzan a marchitarse
cinco años y medio después del inicio de una recuperación de
las variables macroeconómicas que apenas se ha trasladado a las
economías familiares mientras seguía incrementándose la desigualdad: la Agencia
Tributaria constata en su último Informe de Recaudación, referente al mes de
julio, cómo la evolución de indicadores como las rentas del trabajo, los
ingresos de las empresas y las ventas comienza a desacelerarse, en lo que
supone una de las primeras confirmaciones oficiales de un enfriamiento al que
se suman otros indicios como el aumento de la insolvencia, que está teniendo una
especial incidencia entre las pymes, o el repunte de los expedientes de regulación de empleo (ERE).
Básicamente, la Agencia Tributaria está
constatando cómo las familias comienzan a echar el freno en su
consumo ante la moderación de sus ingresos, especialmente los salariales,
y las empresas, tras unos años en los que sus beneficios y los impuestos
se comieron el grueso de la
recuperación a costa de la remuneración del empleo, comienzan a sentir en sus
cuentas ese enfriamiento de la demanda provocado, cuando menos en parte, por
los efectos que la moderación salarial y la precariedad tienen en las rentas.
Ese cuadro, al que se añaden sombras como
la que proyecta el batacazo laboral de agosto o las previsiones
de caída del crecimiento del PIB al 1,8% cuatro años
después del 3,6% de 2015, llevan a algunos analistas a temer que la economía
española pueda estar dirigiéndose hacia una nueva recesión.
Eduardo Garzón se muestra escéptico con
esas visiones más catastrofistas. “Es solo una ralentización del crecimiento,
algo que no es preocupante ‘per se”, señala, ya que “se trata de una
consecuencia lógica de una economía en crecimiento que ha llegado a un punto en el que no puede crecer más ni
contratar más”.
Tendencia a la moderación
La Agencia Tributaria llama la atención
sobre cómo los ingresos vinculados al IRPF del sector privado “presentan una tendencia de desaceleración” motivada
fundamentalmente por “la moderación en la creación de empleo y la estabilidad
en los incrementos salariales”.
Es decir, que se crean menos puestos y,
tras el empujón del salario mínimo a las rentas más bajas
a finales de año, los sueldos han dejado de subir con una “tendencia a la
moderación” que resulta “menos pronunciada” en la gran empresa que las pymes y
que, pese a los incrementos salariales registrados en el sector público,
provoca en general una desaceleración de la mejora de
las rentas de los hogares, con “crecimientos del 5,5% en el
primer semestre frente al 6% de 2018”.
La secuela de ese cuadro, en la que
“el menor ritmo de creación de empleo es la principal
causa”, resulta “significativamente más pronunciada en las pymes”. No obstante, el pinchazo
también es patente en la gran empresa, donde la retribución media anual solo
aumentó un 0,7% entre julio de 2018 y el mismo mes de 2019 mientras el volumen
de contratación caía tres décimas (del 2,8% al 2,5%) en relación con el
semestre anterior.
Ocurre algo similar con las rentas
empresariales, cuya desaceleración confirma “la pauta que seguían en el último
tramo de 2018” con independencia de alguna actualización de datos que “altera las estimaciones que se tenían hasta el momento, aunque no
tanto el diagnóstico que se puede hacer de su evolución”.
“La tendencia que se observa es de desaceleración”
Esos síntomas de desaceleración de la
economía comienzan a dejarse sentir también en el consumo, cuyos
dos principales termómetros tributarios se encuentran en el IVA y en los
Impuestos Especiales (IIEE).
Con los últimos datos del IVA, “la
tendencia que se observa es de desaceleración, frente a la estabilidad que
parecía deducirse hasta junio, con “crecimientos más moderados” tanto en las
pymes como en las grandes empresas. En estas últimas, “los indicadores de ventas también señalan una pérdida de
intensidad del crecimiento tras los buenos resultados de
comienzos de año”, señala el informe, que apunta que en los negocios pequeños y
medianos “quizás la moderación no sea tan intensa”.
En cuanto a los Impuestos Especiales, que
gravan el consumo de la energía, los carburantes, el alcohol y el tabaco, “los
datos de julio no cambian el panorama de débil
crecimiento que se observaba en el primer semestre” mientras el
desplome de los tributos sobre la electricidad y sobre los cigarros “si acaso
empeoran algo la situación” por tratarse de “las dos figuras que mejor
comportamiento muestran en el año”.
“Pérdida de intensidad de crecimiento” en “todos los componentes del gasto”
El gasto final sujeto al IVA y a IIEE
aumentó un 3% en el primer semestre de este año en relación con el mismo
periodo de 2018, un incremento que en ambos casos se queda por debajo del registrado en la segunda
mitad del pasado ejercicio.
La tasa de crecimiento del gasto en consumo cayó del 4,6% entre julio y diciembre de 2018 al 3% entre enero y junio de 2019. “La moderación de los precios es una de las principales causas”, señala la Agencia Tributaria, aunque solo le atribuye “alrededor de un punto de esa desaceleración” mientras anota que “la pérdida de intensidad del crecimiento es común, con distintos grados, a todos los componentes del gasto” y destaca cómo incluso el enfriamiento de la demanda de los hogares resulta ligeramente superior al haber bajado su tasa del 3,9% al 2,7%.
La tasa de crecimiento del gasto en consumo cayó del 4,6% entre julio y diciembre de 2018 al 3% entre enero y junio de 2019. “La moderación de los precios es una de las principales causas”, señala la Agencia Tributaria, aunque solo le atribuye “alrededor de un punto de esa desaceleración” mientras anota que “la pérdida de intensidad del crecimiento es común, con distintos grados, a todos los componentes del gasto” y destaca cómo incluso el enfriamiento de la demanda de los hogares resulta ligeramente superior al haber bajado su tasa del 3,9% al 2,7%.
El descenso de ese indicador es mucho
mayor en los consumos ligados a los Impuestos Especiales, en los
que bajó del 9% al 3%, aunque esa evolución tiene causas cómo las
menores subidas de los combustibles entre enero y junio tras el desmesurado
12,5% de la segunda mitad del año pasado y la menor demanda de
electricidad por las inusualmente altas temperaturas del invierno y la primavera.
Finalmente, “la base imponible agregada de
los principales impuestos creció un 4,7%”, con lo que “la desaceleración
respecto al segundo semestre de 2018 es algo menor que la que se
estimaba en el primer trimestre”. No obstante, ese frenazo
sigue existiendo.
¿Un crecimiento lento o una crisis?
“Esta situación se puede transformar en un
crecimiento lento o en una crisis, pero todavía no tenemos datos para
saberlo. Es un cambio de ciclo, pero no es algo negativo por sí
mismo”, señala Garzón, que muestra su preocupación por las burbujas, como la
del alquiler, que está estimulando el bajo coste de los créditos.
“Hablamos siempre de crisis en relación
con la sobreproducción, pero hoy no hay grandes sectores donde sea rentable
invertir y que generen un encadenamiento productivo, un crecimiento de
la economía”, explica el economista. De hecho, entre las cinco empresas más
rentables del mundo hay una petrolera (la estatal Saudi Aramco), tres tecnológicas
(Apple, Samsung y Alphabet) y un banco (JP Morgan).
Y esa situación “lleva a invertir en
productos financieros y en burbujas, como la del alquiler”, mientras “los bajos tipos de interés llevan a no percibir el riesgo de las inversiones. Eso es
una bomba de relojería”, alerta.
Las previsiones del Banco Central Europeo
incluyen una prórroga de medidas de estímulo como esos bajos tipos de interés,
con lo cual, pronostica, “va a seguir habiendo más negocio financiero y menos
inyección en la economía real, cuando lo que anima la economía
y el crecimiento es el consumo agregado, que más gente tenga más
dinero y pueda consumir más”.
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