64 La Indecencia De Las Puertas Giratorias La Pagamos
De Nuestro Bolsillo
Hablábamos el pasado día de la
importancia que en todos los aspectos de la vida tiene la perspectiva, que nos
ayuda a entender lo relativo de las cosas y de las acciones. De lo relativo que
es el robo descarado que a todos se nos ha hecho con los casos ERE y Gurtel, unos
725 millones a repartir entre chorizos y beneficiarios, si lo comparamos
con los más de 100.000 millones de euros, entre rescate y cláusulas
abusivas que nos han limpiado los bancos estos últimos años.
El problema es que no sólo la banca
aprovecha su posición, sino que toda una caterva de empresas, herederas de lo
que nunca se debió privatizar, nos estafan, roban, esquilman y
sablean a voluntad. Eléctricas y energéticas, junto a operadoras de
telefonía, ocupan, compitiendo con esa banca apaleada hoy por el Tribunal de
Justicia de la Unión Europea, la zona alta del forúnculo que padecemos en
nuestro país, con Consejos de Administración repletos de ex de
la política.
Sin lugar a dudas son los bancos los que
tacita a tacita, si obviamos el pelotazo del recate bancario, los que han
frecuentado con mayor asiduidad, premeditación y alevosía la profundidad de
nuestros bolsillos y cuentas bancarias. A lo largo de muchas décadas han ido
consiguiendo de los políticos de toda época y laya, leyes beneficiosas, hechas a la medida de sus necesidades, con las que han
robado, desde la legalidad así diseñada, a todos los españoles. La más
clamorosa, que además se les ha vuelto en su contra, la que consiguieron de
Felipe González cuando no se traspusieron las leyes comunitarias en beneficio
de los consumidores.
Pero sin perder mucho de vista su
posición de liderazgo, eléctricas y operadoras de telefonía también logran,
abusando de todos los consumidores, grandes beneficios que hacen palidecer de
envidia a sus homónimas europeas. ¿Y cómo pueden conseguir estas prebendas y
lucros a costa de todos nosotros? Conocemos la respuesta aunque no hagamos nada
por solucionarlo: invirtiendo grandes sueldos en políticos
jubilados o en excedencia; las conocidas “puertas
giratorias”. El interés que despiertan estos políticos en las
empresas radica en que pueden llevarse su influencia a sus
nuevos puestos de trabajo y aportar su experiencia sobre el
funcionamiento de las instituciones y del sector para beneficiar a sus nuevos
jefes, que ahora son del bando contrario.
La última noticia al respecto saltaba
hace unos días. Y es que nuestro siempre magnánimo – sólo con los
elegidos-Tribunal Supremo ha confirmado la resolución de la Audiencia Nacional
que reducía a 50.000 euros la multa
inicial de cinco millones que a Telefónica impuso la Comisión Nacional de los
Mercados y la Competencia (CNMC) por no atender las averías de otras operadoras
que utilizaban su red. El truco para reducir la sanción
al 1%, ha sido considerar que la infracción ha pasado de ser muy
grave a sólo leve. No creo que las otras compañías, a las que Telefónica
acusó de “averías falsas” estén muy de acuerdo con el fallo del Supremo, aunque
ellos solos bien se lamen.
Si grave es la situación en el sector de
la telefonía, mucho más lo es en el energético. Un informe del Grupo de los
Verdes ha detectado, tras una investigación en 13 países, Austria, Bélgica,
República Checa, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Noruega,
Polonia, España, Suecia y el Reino Unido, que hay 88 casos de puertas giratorias entre los
ministros, asesores, reguladores y políticos. Por ello exige que se ponga en
marcha una política estricta sobre conflictos de interés que
evite la influencia desproporcionada del sector de los combustibles fósiles en
las negociaciones internacionales sobre el cambio climático.
El informe de Los Verdes asegura que en
el caso de España, tenemos 13 altos cargos que trabajan o han trabajado para
las empresas del sector de las energías fósiles. Entre los altos cargos
“fichados” por las eléctricas españolas destacan los expresidentes del
gobierno: José María Aznar (PP), que ejerció
como “asesor externo” de Endesa (la principal empresa del sector y privatizada
por Aznar) entre el 2010 y el 2015; y Felipe González (PSOE),
que fue consejero de Gas Natural, desde el 2011 al 2015. ¿Entendemos ahora por
qué pagamos una de las facturas más altas de Europa? ¿Y por qué cuando
intentamos ahorrar en el consumo nos suben los costes fijos con la aquiescencia
del Gobierno? ¿Se permite a los beneficiarios del subsidio de empleo tener
otros trabajos?…pues eso.
La industria de los combustibles fósiles
tiene un enorme interés económico en retrasar las acciones que
deben realizarse para controlar el cambio climático y esta
puerta giratoria entre la política y el lobby de las energéticas es muy
peligrosa si queremos disminuir el calentamiento
global. Las industrias del carbón, el petróleo y el gas no pueden
seguir interfiriendo en los acuerdos que deben adoptarse. Y el objetivo de 1,5
grados más como máximo es difícil de conseguir.
Pero no son únicamente los Verdes los que denuncian la situación y
tampoco es cierto que el sector energético sea el más afectado. Un informe
del Observatorio Europeo de Corporaciones (CEO) denuncia
que un tercio de los altos cargos y funcionarios del departamento que en la
Comisión Europea regula el sector financiero, cruzaron la puerta giratoria
entre el sector público y el privado. Y en concreto 19 de los 61 mayores responsables de la Dirección General para la Estabilidad Financiera, los Servicios
Financieros y la Unión de Mercados de Capitales (DG FISMA) entraron y salieron de este
departamento al sector privado durante los años posteriores al estallido
de la crisis (2008-2017).
El mejor ejemplo es el del propio
presidente de la institución entre 2004 y 2014, José
Manuel Durao Barroso, que fichó por Goldman Sachs para
hacer lobby ante las instituciones europeas. Junto a él, dos
de los tres comisarios de Finanzas que ha tenido este organismo entre 2008 y
2017 también cruzaron la puerta giratoria para continuar su carrera en el
sector privado, Charlie McCreevy y Jonathan Hill.
Este último tiene una larga trayectoria como lobista antes de ser comisario y
en su carrera profesional ha cruzado la puerta giratoria hasta en cinco
ocasiones.
La poco sospechosa Transparency Internacional también ha publicado un
extenso informe sobre el avance imparable del problema
de las puertas giratorias en Bruselas, analizando la carrera
profesional de los 485 diputados del Parlamento Europeo que figuraban en la
anterior legislatura y de los 27 Comisarios Europeos que trabajaron en el
mandato anterior. El resultado es que el 30% de los
eurodiputados que han dejado la política trabajan ahora en empresas y
organizaciones, como bufetes de abogados y estudios de
comunicación, inscritas en el Registro de Transparencia de la Unión Europea.
Se necesita un mayor control y un mayor
periodo de tiempo entre que los políticos salen de sus puestos con la
administración y se integran en las estructuras empresariales debiéndoseles impedir que vayan a militar al campo contrario del
que cobraron como funcionarios públicos. Los países que de mejor forma se están
enfrentando al problema son Francia y Canadá. Nuestro vecino ha creado un
organismo que tiene como función vigilar todos los conflictos éticos que se
puedan generar en el entorno político por puertas giratorias. Y lo está
haciendo tan bien que un buen número de ministros han sido obligados a dimitir.
Por su parte, Canadá, ha impuesto un período de distanciamiento de 5 años antes
de entrar en el sector privado, pero también tienen una prohibición de por vida de cambiar de bando.
La situación en nuestro país ha llamado
la atención del Grupo de Estados contra la Corrupción (Greco), dependiente del
Consejo de Europa, asegurando que España debe “mejorar su marco
legal para evitar la corrupción” en las más altas instancias
del Gobierno y, también, entre los que lo abandonan por medio de las puertas
giratorias. Que carecen de los debidos controles y están muy bien aceitadas.
Invertir en puertas giratorias resulta
muy rentable para las empresas, por muy elevados que sean los sueldos que se
pagan a los ex, el retorno es rápido y elevado.
El ejemplo de Telefónica, que consigue pasar una multa de 5 millones de euros a
50.000 es muy clarificante, pero está en la parte de abajo de la tabla de
prebendas y logros. Lo más sustancioso son los acuerdos con la administración,
las cláusulas en los contratos con los consumidores o la pérdida de sus
derechos, la obtención de posiciones dominantes en los mercados, el trato de
favor en las altas instancias judiciales o políticas, los decretos ley…los logros posibles obtenidos por
estos conseguidores de lujo son múltiples y todos muy
sustanciosos. El problema es que por lo general sus resultados económicos salen
de nuestros bolsillos, ya sea como consumidores o contribuyentes. Es el triunfo de la Europa de las empresas frente a la Europa de las
personas. Y eso no mola nada.
Eduardo Lizarraga
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