83 Morir por un sueño.
Anduve corriendo detrás de un sueño. Donde nadie
iba más lejos que yo,
donde la luz sólo iluminara mi pálido rostro y a
mi fría hoguera ahogada
por el llanto.
Calles desoladas hollaban mis pasos detrás de un
vago recuerdo que sólo
existía en mí.
Busqué aquel venturoso hotel que almacenó por
largo tiempo mis memorias,
más ya no existía.
Agité mis pisadas, me apresuré a buscar el amor
que escondía tristemente mi
juventud pero llegaba demasiado tarde.
Consideré que mi sueño se transmutaba en
pesadilla y preferí morir y dejar
allí desvanecer mi esperanza.
Odalys Góngora Quevedo
Holguín - Cuba
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