40 ESPECIAL PROCÉS
“GOLPE DE ESTADO EN NOMBRE
DE LA LEY”
Golpe de Estado en
nombre de la ley
EL GOBIERNO DISUELVE LA GENERALITAT Y EL
PARLAMENT DE CATALUNYA.
RAMON COTARELO
El gobierno más corrupto, sostenido por
un partido al que los jueces consideran una presunta asociación de malhechores,
anunció ayer un verdadero golpe de Estado, dice que para defender la legalidad,
la Constitución y el Estado de derecho. Una legalidad arbitraria e injusta, una
Constitución que el mismo PP ataca con tan pocos miramientos como cuando sus
fundadores franquistas votaron en contra de ella, y un Estado de derecho sin
separación de poderes pues es el mismo gobierno que ignora el Parlamento, tiene
al poder judicial a su servicio y controla todos los medios de comunicación. O
sea, un poder corrupto y dictatorial anuncia un golpe de Estado que perpetrará
en cuanto el Senado (que también controla con mayoría absoluta) dé el visto
bueno a una aplicación del 155 mucho más allá de sus previsiones, en realidad,
un artículo 116, un estado de excepción no declarado.
Para esta nueva fechoría cuenta con el
apoyo del Rey y de los otros dos partidos dinásticos, C’s y PSOE. El respaldo
ya expreso y reiterado del Monarca ha convertido a la Corona en parte
beligerante en el conflicto y liga su suerte al más que dudoso triunfo del
golpe. Al igual que su bisabuelo, el Rey se ha aliado con la dictadura. Tendrá
su mismo final.
En cuanto al respaldo de los otros dos
partidos dinásticos, el de C’s se daba por descontado. Ahora también lo está el
del PSOE que, en tres meses (de julio a octubre), ha pasado de rechazar el 155 a apoyar fervorosamente su
aplicación, de pedir la dimisión del de los sobresueldos por la corrupción y la
catastrófica gestión del conflicto catalán a convertirse en su más firme apoyo.
Al extremo de que el PP se vale de Sánchez como su portavoz exterior. El PSOE
justifica este disparate invocando la “razón de Estado”, como si el Estado cuya
razón invoca no fuera el de la tradicional oligarquía parásita, nacional-católica
y catalanófoba que está en el origen mismo del conflicto. Este servilismo le
hará perder el escaso apoyo que tenía en Cataluña y mucho del que conservaba en
el Estado. Es una de las facetas del desastre que el independentismo catalán ha
ocasionado en la izquierda española, incapaz de articular alguna alternativa al
uso de la fuerza bruta.
La intervención anunciada por el bloque
nacional español, en realidad, sigue siendo una baladronada por ver si la
Generalitat retrocede y no es necesario pasar a mayores. Entre otras cosas
porque no sabe cómo hacerlo, no está claro si puede y menos aun si la UE lo va
a permitir. El gobierno quiere cañonear la Generalitat, pero el pago de la
deuda y la prima de riesgo le han mojado la pólvora.
Dicen los golpistas que no se suspende
la autonomía catalana (en realidad, el 155 no lo permite) sino que se limitan a
sustituir sus cargos por otros designados a dedo en Madrid. Es una mentira
tanto más irrisoria cuanto que, siendo innecesaria, ha puesto de relieve la
condición colonial de Cataluña que el nacionalismo español siempre ha negado.
Al gobernar el Principado desde Madrid, lo tratan como una colonia y dan la
razón al independentismo cuando reivindica el derecho de autodeterminación por
considerar Cataluña una colonia. Y lo es. El bloque nacional así lo confirma.
Otras mentiras adornan esta decisión
demencial (demencial en la actual situación de España), como la de que la
intervención será mínima. Al contrario, quiere ser máxima,
pues se propone destituir al govern en pleno, clausurar de
hecho el Parlamento, controlar las fuerzas de seguridad y adueñarse de los
medios de comunicación públicos para ponerlos a su servicio. De los jueces no
hablan porque ya los tienen. Intervención máxima, un golpe de
Estado civil en toda regla. Apoyado por el PSOE que ha pasado también de acusar
a la Generalitat de golpista a serlo él mismo.
Dice el bloque que todo acabará en tres
meses, cuando se haya restaurado la normalidad y se convoquen elecciones. Una
normalidad que solo él rompió con el hostigamiento a los indepes antes del
referéndum y la jornada de vandalismo policial durante la votación el 1/10.
Probablemente, además, esas elecciones
no se celebrarán y mucho menos cuando los golpistas las prevén. Hasta es
posible que haya elecciones generales antes en España que en Cataluña. Es una
de las cartas de Rajoy para prolongar su mandato con un posible triunfo
electoral por mayoría guerrera y abrumadora. Desde luego,las autonómicas no se
celebrarán o no lo harán en la fecha prevista porque, como ya suponía ayer
Palinuro, la Generalitat no va a ceder.
Después de la cavernosa amenaza de
Rajoy, aplaudida por sus palmeros, el gobierno recibió una múltiple respuesta
desde Cataluña que apunta a la confrontación, unida en la consigna que se
coreaba ayer en la enorme manifestación en Barcelona contra el encarcelamiento
de los dos Jordis: No pasarán. A más de algún socialista le estarán
zumbando los oídos de vergüenza. No pasarán.
Después de la manifestación, las
distintas instituciones hicieron pública su posición:
Los mossos d’esquadra no
aceptarán ser dirigidos por otros mandos que los de la Generalitat.
La mesa del Parlamento no aceptará
ninguna merma en sus funciones ni dará un paso atrás.
El govern tampoco aceptará su
destitución ni ninguna medida que recorte sus competencias.
TV3 no aceptará ser intervenida por
dirección alguna que no sea la de la Generalitat.
La CCMA (la Corporación Catalana de
Medios Audiovisuales) tampoco aceptará la intervención.
Este frente institucional está
respaldado por una movilización masiva de la sociedad catalana en defensa de
sus representantes y actitud de desobediencia generalizada, desde los
ayuntamientos a las escuelas, pasando por los servicios públicos, con un
horizonte de huelga general. Para controlar eso sería necesaria una verdadera
ocupación militar, cosa que el bloque español no puede permitirse.
No saben en dónde se han metido. En un
escenario de uso de la fuerza y la represión violenta contra una sociedad que
ejerce la desobediencia y la resistencia pacífica en defensa de sus
representantes a los que quizá haya que encarcelar, como ya se ha hecho con los
dos Jordis. Ello provocará más reacción social y más violencia de parte del
Estado que puede acabar teniendo que decretar el toque de queda en las calles,
para silenciarlas. Una perspectiva sin salida que obligará a la UE a intervenir
forzando una negociación que ya solo puede hacerse en torno a dos
posibilidades, las únicas viables: un referéndum de autodeterminación pactado o
la independencia de Cataluña sin más, también negociada, por supuesto.
En su comparecencia, el MH hizo ver que
el lunes o el martes se procederá a votar en el Parlamento la DI hasta ahora en
suspenso. Obsérvese que el relato independentista sigue siendo ganador: se
declara la independencia después de que el bloque nacional haya activado el
golpe de Estado vía artículo 155, puesto que este se ha anunciado sin esperar a
diálogo alguno, para lo que aún disponía de dos meses.
Breve flexión sobre la gran ausente en
este conflicto: la otra izquierda no independentista pero con visos
revolucionarios, la española de Podemos y la catalana de los Comunes. Sus
angustias y ambigüedades teóricas y su evidente irrelevancia práctica la han
dejado al margen de la historia, empujada hacia delante con la mirada vuelta
hacia atrás, como el ángel de Klee/Benjamin. La prevalencia del eje nacional sobre
el social en el que cifraba todas sus esperanzas la ha aplastado y ha sido
incapaz de tomar ejemplo de la CUP (de cuya vitola izquierdista nadie duda) que
ha entendido perfectamente el sentido de esa historia: la emancipación nacional
como requisito para la social en un marco republicano.
Eso, en España, hoy, es una
revolución.La única que hay.
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