73 Comentario de Sandra
Pujol:
Si observamos con cuidado podemos detectar la
aparición de una franja social que antes no existía: la gente que hoy tiene
entre setenta años, y ochenta años.
A este grupo pertenece una generación que ha
echado fuera del idioma la palabra "envejecer", porque sencillamente
no tiene entre sus planes actuales la posibilidad de hacerlo.
Se trata de una verdadera novedad demográfica
parecida a la aparición en su momento, de la "adolescencia", que
también fue una franja social nueva que surgió a mediados del S. XX para dar
identidad a una masa de niños desbordados, en cuerpos creciditos, que no sabían
hasta entonces dónde meterse, ni cómo vestirse.
Este nuevo grupo humano que hoy ronda los
sesenta , setenta u 80, ha llevado una vida razonablemente satisfactoria.
Son hombres y mujeres independientes que
trabajan desde hace mucho tiempo y han logrado cambiar el significado tétrico
que tanta literatura latinoamericana le dio durante décadas al concepto del
trabajo.
Lejos de las tristes oficinas, muchos de ellos
buscaron y encontraron hace mucho la actividad que más le gustaba y se ganan la
vida con eso.
Supuestamente debe ser por esto que se sienten
plenos; algunos ni sueñan con jubilarse.
Los que ya se han jubilado disfrutan con
plenitud de cada uno de sus días sin temores al ocio o a la soledad, crecen
desde adentro. Disfrutan el ocio, porque después de años de trabajo, crianza de
hijos, carencias, desvelos y sucesos fortuitos bien vale ver el mar con la
mente.
Pero algunas cosas ya pueden darse por sabidas,
por ejemplo que no son personas detenidas en el tiempo; la gente de
"cincuenta, sesenta o setenta"", hombres y mujeres, maneja la
computadora como si lo hubiera hecho toda la vida. Se escriben, y se ven, con
los hijos que están lejos y hasta se olvidan del viejo teléfono para contactar
a sus amigos y les escriben un e-mail o un whatsapp.
Hoy la gente de 60 ,70 o 80, como es su
costumbre, está estrenando una edad que todavía NO TIENE NOMBRE, antes los de
esa edad eran viejos y hoy ya no lo son, hoy están plenos física e
intelectualmente, recuerdan la juventud, pero sin nostalgias, porque la
juventud también está llena de caídas y nostalgias y ellos lo saben. La gente
de 60 , 70 y 80 de hoy celebra el Sol cada mañana y sonríe para sí misma muy a
menudo…hacen planes con su propia vida, no con la de los demás. Quizás por
alguna razón secreta que sólo saben y sabrán los del siglo XXI. La juventud se
lleva por dentro.
La diferencia entre un niño y un adulto;
simplemente es el precio de sus juguetes.
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